Existían muchas marcas de casetes vírgenes, es decir, que venían en blanco, para grabar la música en supuesta calidad Hi-Fi, alta fidelidad. Venían con un estuche protector de plástico que evitaba que la humedad o el polvo los dañase con el paso del tiempo.
Pero muchas veces nos quedábamos sin casetes para grabar en casa, y los que ya venían con música original de los cantantes, tenían una protección en su parte trasera, que evitaba que se pudiera activar el botón de grabación en el equipo de sonido. Para eso teníamos que ponernos manos a la obra y activar un "hack" de los años 80.
La protección consistía en un par de agujeros en ambas esquinas de la parte inferior, en la que entraba una pestaña plástica presente en todos los radios, y al entrar se bloqueaba el botón de grabación.
El objetivo de este sistema era evitar que las personas por accidente grabaran algo encima de un casete original con música ya grabada, o que alguien lo utilizara, como yo lo hacía, para grabar más canciones de las que en realidad cabían en el casete, o para borrar las canciones que no me gustaban.
Uno de los "Hacks" que se hacían para ese entonces, era masticar un pedazo pequeño de papel, y cuando estuviese convertido en una bola bien húmeda, introducirlo en los orificios traseros para que el casete volviera a permitir la grabación. También hay quien utilizaba cinta adhesiva para tapar los agujeros, pero quedaba más feo.
Cuando veas todos los tipos y marcas de casetes que había en el mercado, te quedas mucho rato pensando y recordando tantas cosas que hiciste con ellos en ese genial pasado que vivimos, con esta tecnología de punta que tanto nos alegró la vida.
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